Las finanzas del UFC, peleando por evitar una sumisión
- Samuel Prieto Rodríguez
- 13 oct 2014
- 2 Min. de lectura
Samuel Prieto R.

Este año se cayeron las ganancias del Ultimate Fighting Championship. La agencia calificadora de riesgos Standard & Poor’s calcula una disminución de 30% en el indicador EBITDA (Earnings Before Income Tax, Depreciation and Amortization —ganancias antes de impuestos, depreciación y amortización—).
El golpe principal fue que el UFC 176 no se realizó el 2 de agosto porque el campeón peso pluma José Aldo se lesionó y no pudo enfrentar a Chad Mendes. El resto de las peleas programadas se distribuyeron en otros eventos. Una cancelación no sólo implica que no haya ganancias. Adicionalmente ocasiona gastos por reembolsos, depósitos y anticipos no recuperados, sanciones, etc.

Otro golpe fue el cambio en la pelea estelar del UFC 178 en que Jon Jones iba a defender su título peso semicompleto de Daniel Cormier pero una lesión del monarca hizo que el combate se pospusiera sustituyéndolo por el de Demetrious Johnson quien se mantuvo como poseedor del cinturón peso mosca derrotando a Chris Cariaso. Esa circunstancia ocasionó que bajara el precio de los boletos en la arena y disminuyeran las ventas de pago por evento en televisión.
Aunque no todo son malas noticias. Standard & Poor’s prevé que en el 2015 le vaya mucho mejor al UFC con el regreso de sus estrellas ahora lesionadas como Anderson Silva, Chris Weidman y Jon Jones lo que significará aumentos importantes en el volumen de ventas y precio tanto de los boletos como del PPV.

De hecho esa tendencia se va a ver desde el cierre de este año en que el Ultimate Fighting Championship está echando toda la carne al asador iniciando el 25 de octubre con la pelea pendiente entre José Aldo y Chad Mendes, luego el 15 de noviembre con Caín Velásquez defendiendo su cinturón peso completo de Fabricio Werdum y el 6 de diciembre con Johny Hendricks haciendo lo propio con su título peso welter frente a Robbie Lawler.

Por ahora otro bache que enfrenta el UFC tiene que ver con el dinero que debe. Para dejarlo claro expliquémoslo desde el principio: las calificaciones que pone Standard & Poor’s a la deuda de las corporaciones se dividen en ‘grado de inversión’ que son las más confiables y ‘grado especulativo’ que son las que tienen más riesgo por posibles dificultades económicas que pueden hacer que los clientes no compren, lo que pega directo en los ingresos de las empresas y consecuentemente en su capacidad de pago.
Esas calificaciones influyen mucho en la facilidad para conseguir más préstamos y las tasas de interés que pagan por ellos. A más riesgo, intereses más altos.
Zuffa LLC, la empresa propietaria del UFC, debe actualmente 535 millones de dólares. La calificación de esa deuda era BB+, la mejor en el grado especulativo, desde diciembre de 2010. Standard & Poor’s la bajó a BB que se interpreta como “menos vulnerable en el corto plazo pero enfrenta graves incertidumbres financieras y en cuanto a condiciones económicas adversas”. Sin embargo el panorama no es tan negro. La recuperación de las grandes carteleras y ventas deberá hacer que llegue la época de las vacas gordas.
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