La guerra de las MMA
- Samuel Prieto Rodríguez
- 20 nov 2014
- 3 Min. de lectura
Samuel Prieto R.

La verdad es que los datos no sorprendieron a nadie, ni al propio Dana White. “Por supuesto que iban a tirar algunos números. Son dos grandes nombres. Estoy feliz por Tito y Bonnar”, dijo luego de que se hicieron públicas algunas cifras sobre la audiencia que tuvo la guerra de las Artes Marciales Mixtas del sábado en Estados Unidos.
Esa fue la primera noche en la historia en que las tres empresas con más proyección mundial compitieron frente a frente. El UFC 180 Werdum vs. Hunt desde la capital mexicana, Bellator 131 Ortiz vs. Bonnar desde San Diego y WSOF 15 con sus tres peleas de campeonato desde Tampa, Florida.

Por mucho, la pelea más vista fue la de los semipesados Tito Ortiz (18-11-1), de origen mexicano, liquidando por decisión dividida (30-27 x 2, 28-29) el reto de Stephan Bonnar (15-9), ambos personajes miembros del Salón de la Fama del UFC. En el punto más alto de audiencia registraron 2 millones de televidentes en Estados Unidos. Si bien Bellator 131 fue el evento más visto, el rating récord de ese combate tuvo que ver también con que al momento en que sucedió, el UFC 180 ya había concluido.
Revisemos los números. El promedio de espectadores de Bellator 131 fue de 1.2 millones de televidentes. El del UFC 181 de 624 mil y el de WSOF 15 de 179 mil lo que no sólo es muy bajo sino bastante inferior a su audiencia media. Si lo vemos de manera simplista, tenemos un claro ganador, un claro perdedor y a uno en medio pero no, no es tan simple. Consideremos los factores.

Como todos sus eventos numerados, el UFC se transmitió en Estados Unidos por pay per view mientras que en la proclamación del renacimiento de Bellator MMA su presidente Scott Coker hizo lo necesario para que este evento en particular se viera de manera libre por Spike TV lo que ya es, de entrada, una diferencia considerable.
Bellator había armado su cartelera sin pierde y además no tuvo lesiones ni otros inconvenientes en el camino. Tito y Bonnar llegaron al 100 por ciento al ring y lo mismo sucedió con la pelea coestelar en la que Will Brooks (15-1) se convirtió en el campeón indiscutido de los ligeros noqueando a Michael Chandler (12-3) en el minuto 3:48 del cuarto round.
En cuanto al Ultimate Fighting Championship no es que tuviera muchas cosas en contra pero sí adoptó una estrategia más audaz. Entró a un mercado por primera vez, en esta ocasión el mexicano, lo que siempre implica algún grado de incertidumbre. La pelea que se esperaba por mucho como la estelar no se realizó por la lesión del campeón Caín Velásquez (13-1) y tuvo figuras destacadas pero también lanzó a varias promesas, es decir, peleadores aún desconocidos o no muy populares, entre otros factores.
WSOF por su parte comprobó que aún le falta madurar y posicionar más su marca si quiere competir de frente contra los grandes. David Branch (15-3) retuvo el cinturón peso medio al vencer a Yushin Okami (30-9) por TKO (R4, 3:39), La mexicana-estadounidense Jessica Aguilar (19-4) hizo lo propio como campeona de las peso paja venciendo a Kalindra Faria (15-4) por decisión unánime (49-45 x 3) y Justin Gaethje (13-0) se impuso a Melvin Guillard (32-14-2-2 NC) por decisión dividida (30-27, 29-28, 28-29).

Lo que sigue para la competencia entre empresas es perfilar su 2015. El Ultimate Fighting Championship subió las expectativas para sus próximos eventos con el show “Ahora es cuando” del lunes y el lanzamiento de su nuevo UFC Rewards, un programa de recompensas para los fans más leales a quienes beneficiará con artículos autografiados, convivencias con sus ídolos y accesos gratis por televisión e internet.
Bellator cambió su estrategia. En vez de realizar 2 torneos de 12 semanas cada uno al año como hasta ahora, a partir del 2015 realizará un evento mensual y 3 especiales durante el verano. WSOF, bueno, tendrá que seguir creciendo.
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