El UFC al borde de su peor crisis: una demanda multimillonaria
- Samuel Prieto Rodríguez
- 14 dic 2014
- 3 Min. de lectura
Samuel Prieto R.

No se han revelado sus nombres pero el manager de uno de ellos quien pidió anonimato comentó que en la lista hay personajes destacados. Peleadores del Ultimate Fighting Championship retirados y en activo.
Lo que piden es la reparación de daños y perjuicios basada en la acusación de que el UFC ha violado las leyes antimonopolio al abusar de su "poder de mercado" para paralizar intencional y sistemáticamente el libre mercado, con lo que presuntamente ellos han visto reducidas sus opciones de contratación, sus pagos y otros ingresos por derechos como patrocinios y uso de su imagen personal en videojuegos.
En esta demanda los peleadores estarían representados por 3 o 4 despachos legales conocidos por el litigio de prácticas monopólicas que han ganado batallas importantes en los sectores bancario, tecnológico y farmacéutico. Pero revisemos los antecedentes.

Zuffa LLC, la empresa propietaria y operadora del UFC, ha enfrentado durante mucho tiempo la percepción pública de que funciona como un "monopolio", entre otras razones por la manera en que se ha comportado con sus competidores a los que, a la primera oportunidad, ha comprado y desaparecido. Sucedió con World Extreme Cagefighting (WEC) a finales de 2006 a la que mantuvo operando 4 años más hasta que la disolvió el 16 de diciembre de 2010 absorbiendo sus divisiones de peso gallo, pluma y ligero.

A lo largo de los años ha habido varios casos similares. El más escandaloso fue el de la archirrival japonesa Pride FC, fundada en 1997, que durante sus 10 años de vida organizó más de 60 eventos transmitidos a unos 40 países con récords de audiencia históricos. Tenía en sus filas a muchos de los considerados como mejores peleadores del mundo. En marzo de 2007 el UFC la compró e igualmente la mantuvo operando durante los siguientes meses con administraciones separadas hasta que ambas se reunieron con el propósito de fusionarse. Como no se logró, el personal de Pride FC fue despedido en octubre y el Ultimate Fighting Championship se quedó con los contratos de los guerreros que consideró valiosos para sus filas.

La estadounidense Strikeforce es el caso más reciente. Zuffa LLC la adquirió en marzo de 2011 y mantuvo su operación durante el siguiente año sobre todo porque el contrato con la cadena de televisión Showtime estaba vigente y cancelarlo habría representado costos mayores. Terminado ese compromiso, la última función se realizó el 12 de enero de 2013 y después el UFC fusionó su división de los pesos pesados, firmó a sus campeones y estrellas como Alistair Overeem, Cung Le, Dan Henderson, Jason Miller, Nick Díaz y la entonces naciente y ya destacada campeona Ronda Rousey.

Tras la compra de Strikeforce, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC, siglas en inglés) abrió una investigación para determinar si Zuffa LLC había incurrido en prácticas monopólicas. En el 2012 informó a sus abogados que había cerrado sus averiguaciones luego de que en el proceso encontró que "ninguna otra medida se justifica por la Comisión en este momento". Sin embargo aclaró que "esta acción no debe ser interpretada como prueba de que no pudo haber ocurrido una violación" y se reservó el derecho de tomar medidas adicionales en caso necesario.
El argumento de la demanda del grupo de combatientes es que esas prácticas han ido limitando sus opciones. Por otra parte se refieren a los derechos por el uso de sus nombres e imagen personal en UFC Undisputed, que se considera todo un best-seller en el mundo de los videojuegos.

Al parecer, la gota que derramó el vaso fue el contrato firmado con Reebok apenas el pasado 2 de diciembre que limita nuevamente a los guerreros en un negocio que les daba la posibilidad de mejores ingresos: los patrocinios. A partir de julio deberán utilizar uniformes de esa marca de ropa y recibirán a cambio una bonificación por evento de acuerdo con el todavía arbitrario y no muy claro sistema de rankings.

Ese es el panorama general. Habrá que estar muy pendientes de cómo se plantee la demanda y los recursos legales de ambas partes. La pelea se esperaría de varios rounds y con una estrategia de resistencia. El problema es que al final quedará un desgaste sin precedentes, el ganador no lo será del todo y el perdedor tampoco.
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